En Berlín, pero también en Bruselas, urge mejorar las condiciones marco para la actividad empresarial.
Alemania y Europa deben ser más ágiles y flexibles y liberarse del exceso de burocracia: esto es lo que reclaman las principales asociaciones empresariales alemanas. La situación no mejorará con una gestión de crisis a corto plazo, sino que se necesitan cambios estructurales fundamentales.
En vista de la actual situación económica a finales de enero de 2025 y de los retos estructurales asociados, la Confederación de Asociaciones de Empresarios Alemanes (BDA), la Federación de Industrias Alemanas (BDI), la Cámara Alemana de Industria y Comercio (DIHK) y la Confederación Alemana de Artesanos (ZDH) han publicado esta declaración conjunta. Está firmada por los cuatro presidentes Rainer Dulger (BDA), Peter Leibinger (BDI), Peter Adrian (DIHK) y Jörg Dittrich (ZDH):
"La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos es un punto de inflexión. La Unión Europea debe reposicionarse en términos de seguridad, comercio y política económica. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha hecho de la competitividad de la Unión Europea una prioridad absoluta y ha subrayado la importancia de una cooperación más estrecha con otras regiones del mundo. Así es. Ahora debe seguir la aplicación concreta.
Alemania se enfrenta a esta nueva situación en un momento de profunda debilidad económica y estructural. La economía alemana lleva dos años en recesión. Las perspectivas para 2025 son sombrías. Alemania se ha vuelto mucho menos atractiva como lugar de negocios y el capital está saliendo. Las empresas alemanas se enfrentan a unas condiciones competitivas cada vez peores. El tiempo se agota. Es hora de actuar.
Las principales asociaciones de la economía alemana -BDA, BDI, DIHK y ZDH- llevan años señalando el constante deterioro de las condiciones marco para la actividad empresarial en Alemania. Reconocemos el gran potencial que encierra la economía alemana. Sin embargo, hay que liberarlo. Hemos hecho numerosas propuestas a los políticos para reforzar los cimientos empresariales de Alemania. Poco se ha hecho. El Gobierno alemán saliente ha desempeñado un papel pasivo, ha juzgado mal la situación de las empresas y, en algunos casos, ha sido demasiado optimista en sus predicciones de un «milagro económico verde». A lo largo de los años, los políticos han pospuesto repetidamente las reformas centrales. Como resultado, la presión por el cambio ha aumentado de forma tan aguda que ahora podemos hablar de una emergencia por el cambio. El resultado es una gran incertidumbre y una creciente pérdida de confianza entre las empresas.
Fortalecer la economía alemana no es una cuestión baladí: Alemania quiere y debe seguir siendo un socio fiable en tiempos geopolíticamente tensos. La fortaleza política también se basa en la fortaleza económica. Con la descarbonización y la digitalización, las empresas alemanas están inmersas en una profunda transformación. La financiación de nuestros sistemas de seguridad social está sometida a una presión cada vez mayor debido al cambio demográfico. Una economía fuerte es una respuesta clave a todos estos retos.
La gestión a corto plazo de la crisis no ayudará a Alemania. Necesitamos cambios estructurales fundamentales en la política económica y social. Alemania debe ser más sencilla y flexible: deshacerse de su excesiva burocracia y reducir el número de burócratas. Hay que reducir la carga de impuestos y tasas que soportan las empresas. Necesitamos precios competitivos y planificar la seguridad energética. Y debemos ser más rápidos en la lucha contra la escasez de mano de obra cualificada.
No debemos limitarnos a hablar de cómo queremos vivir. Más bien debemos hablar de qué podemos vivir. Esto requiere un debate abierto y honesto. Si la competición política sigue alimentándose de promesas que ya no podemos permitirnos, es obvio que estamos pasando por alto que necesitamos que la economía alemana crezca para poder pagar esto. El refuerzo de la competitividad de la economía alemana debe ocupar un lugar prioritario en la agenda del próximo gobierno alemán. No debemos perder más tiempo.
La BDA, la BDI, la DIHK y la ZDH apuestan por Alemania como emplazamiento empresarial. Sin embargo, las empresas solo pueden invertir en Alemania y crear empleo y puestos de aprendizaje si cuentan con las condiciones marco adecuadas. Queremos que Alemania vuelva a la senda del crecimiento y continúe su historia de éxito. Somos conscientes de que esto requerirá un esfuerzo conjunto. Por eso estamos dispuestos a desempeñar el papel que nos corresponde y a buscar soluciones constructivas".
* Bundesvereinigung der Deutschen Arbeitgeberverbände (BDA) es la Confederación de Asociaciones de Empresarios Alemanes, que organiza los intereses de política social y económica de toda la economía alemana.
Bundesverband der Deutschen Industrie (BDI) es la Federación de la Industria Alemana, organización central de la industria alemana y de los proveedores de servicios relacionados con la industria bajo la forma jurídica de una asociación registrada con sede en la Haus der Deutschen Wirtschaft de Berlín. La BDI también tiene oficinas en el extranjero y, por tanto, está representada internacionalmente.
Deutsche Industrie- und Handelskammer (DIHK) es el Consejo Superior de las Cámaras Alemanas de Industria y Comercio, con sede en Berlín, que representa a todo el sector comercial de Alemania. Sus miembros son las 79 Cámaras de Industria y Comercio (IHK), con varios millones de empresas de la industria, el comercio y los servicios, desde quiosqueros hasta grandes corporaciones.
Zentralverband des Deutschen Handwerks (ZDH) es la Confederación Alemana de Artesanía, una organización económica que agrupa a 53 cámaras de artesanía, unas 50 asociaciones profesionales a nivel federal y otras instituciones económicas y de artesanía de Alemania.